viernes, 18 de junio de 2021

Escucha con atención

Cuando estamos alterados u ofensivos lo ultimo que deseamos escuchar es un consejo, una filosofía o el punto de vista de la otra persona. 

Pero cuando en realidad alguien escucha, reconoce mi dolor interno y brinda una oportunidad para seguir hablando lo que me molesta, empezamos a sentirnos menos alterada, menos confundidos, capaz de enfrentarnos a los sentimientos y problemas.

El proceso no es diferente con nuestros hijos. Ellos tambien se pueden ayudar a sí mismos si cuentan con un oido dispuestos a escucharlos y con una respuesta empatica. Pero el lenguaje de la empatía no es algo que surja naturalmente en nosotros; no es parte de nuestra "lengua materna". La mayorñia de nosotros crecimos con la impresión de que negaban los sentimientos. A fin de hablar con fluidez ese nuevo lenguaje de la aceptación, tenemos que aprender y practicar sus métodos.

Pondré algunas formas para ayudar a los niños a enfrentarse a sus sentimientos.

Para Ayudar con los Sentimientos

1. Escuche con toda atención

2. Acepte sus sentimientos con una palabra .. "Oh".. "Mmm".."Ya veo"

3. Déles un nombre a los sentimientos de sus hijos.

4. Concédales sus deseos en la imaginación.

Aquí tenemos un ejemplo de métodos y formas en las cuales las personas, por lo común, le responden a un niño que está acongojado








 
Resulta desalentador  tratar de llegar a alguien que sólo finge escuchar.

Ahora miremos el ejemplo de acá




Resulta más fácil contarle sus problemas a padres que en realidad están escuchcando. Ni siquiera tiene que decir nada; a menudo, todo lo que el niño necesita es un silencio pleno de comprensión.

Responda con una palabra "Oh... Mmm..Ya Veo"

Se puede brindar una gran ayuda con un simple "Oh" "um" "Ya veo". Las expresiones como éstas ayudan para que los niños exploren sus propios pensamientos y sentimientos y porsiblemente encuentren sus propias soluciones.

En vez de negar el Sentimiento

 
Es muy extraño pero cuando exhortamos a un niño para que haga a un lado sus sentimientos negativos, por mucha bondad con que lo hagamos, el niño sólo parece cada vez más alterado
 

Dele un nombre al sentimiento

 

 
Los padres por lo común, no ofrecen esta clase de respuesta, porque temen que al darle un nombre al sentimiento, lo único que logrará será empeorar las cosas. Pero sucede exactamente lo contrario. El niño que escucha las palabras que describen lo que está experimentando se siente profundamente consolado. Alguien ha reconocido su experiencia interna.
   

Concédale al niño sus deseos en la imaginación


 

A veces, el solo hecho de que alguien comprenda lo mucho que el niño quiere alho hace que la realidad le resulte más fácil de soportar


Nota:

Pero algo más importante que cualquier palabra que podamos emplear es nuestra actitud. Si nuestra actutud no es compasiva, entonces cualquier cosa que digamos el niño la percibirá como falso o como una manipulación. Cuando nuestras palabras estan impregnadas de nuestros verdadero sentimientos de empatia, es cuando le hablan directamente al corazón del niño.


Recordemos acerca de la Inteligencia Emocional
 
La inteligencia emocional, o CE, no se basa en el grado de
inteligencia de un niño, sino mas bien en lo que alguna vez llamamos características de la
personalidad o simplemente “carácter”. Ciertos estudios están descubriendo ahora que estas
capacidades sociales y emocionales pueden ser aun más fundamentales para el éxito en la vida que la
capacidad intelectual. En otras palabras, tener un CE elevado puede ser más importante para tener
éxito en la vida que tener un CI elevado medido por un test estandarizado de inteligencia
cognoscitiva verbal y no verbal.
 
 
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
El término “inteligencia emocional” fue utilizado por primera vez en 1990 por los
psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New
Hampshire. Se lo empleó para describir las cualidades emocionales que parecen tener importancia
para el éxito. 
Estas pueden incluir:
• La empatía.
• La expresión y comprensión de los sentimientos.
• El control de nuestro genio.
• La independencia.
• La capacidad de adaptación.
• La simpatía.
• La capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal.
• La persistencia.
• La cordialidad.
• La amabilidad.
• El respeto




miércoles, 4 de septiembre de 2019

INTELIGENCIA EMOCIONAL INFANTO Y JUVENIL 2º PARTE


DESARROLLO DE LOS NIÑOS 8 A 11 AÑOS
A menudo los que estamos en contacto con niños de 8 a 11 años nos sentimos impresionados por su entusiasmo, energía e imaginación.
Aunque conservan la capacidad de asombro por el mundo que les rodea, característica de edades más tempranas, ahora también poseen habilidades racionales para comprender
mejor este mundo y a sí mismos. Muchos padres consideran esta etapa de la infancia como la «edad de la razón», el momento en que los niños empiezan a ser capaces de tomar distancia y reflexionar acerca de sus propios pensamientos y acciones.
Son más conscientes de sus procesos mentales y pueden reflexionar acerca de su propio comportamiento. El resultado es que sus manifestaciones sobre los pensamientos y la conducta se hacen más fiables y precisas.
Según el psicólogo social Lev Vygotsky, la interacción social es un factor clave para el desarrollo de los procesos mentales superiores en niños de 8 a 11 años, es decir, habitan un mundo condicionado por el sentido de sí mismos en relación con los demás, en especial con los adultos importantes a su alrededor. Por tanto, las mejores experiencias de aprendizaje a esta edad son las que implican a una persona en quien confían, alguien que les ayude a aprender nuevas habilidades.
Los niños de esta edad quieren complacer y, por tanto, son más sensibles a las críticas, tienen más miedo a las situaciones y las tareas nuevas, y es más probable que padezcan ansiedad de ejecución. El aprendizaje de estrategias de relajación les proporciona una herramienta muy importante para enfrentarse a estos sentimientos difíciles.
Los niños de 8 a 11 años están llenos de energía e imaginación.
Necesitan enfocar esta energía hacia una tarea cercana; asegúrese de reservar un tiempo para estas actividades sin que aparezcan distracciones ni exigencias.
Aprenden mejor cuando los nuevos conocimientos y habilidades se descomponen en etapas, para que puedan ir superándolas a medida que aumenta la complejidad. Tómeselo con tranquilidad y comprenda que aprender algo nuevo lleva un tiempo y puede ser difícil.
A veces se dan por vencidos, y puesto que son muy sensibles a las críticas hay que animarles con frecuencia y ofrecerles una respuesta positiva en cada etapa. Cuando les elogie procure ser concreto.
La energía que poseen les hace ser inquietos. Aunque necesitan mucha actividad física también se cansan con facilidad.
A los niños de 8 a 11 años les gusta hablar con sus padres y suelen soltarse cuando el entorno es familiar y la converlación no tiene un fin concreto. Sea informal con ellos y adopte un tono amistoso. También aprueban que los adultos les hagan preguntas cuya respuesta en realidad no conocen; en este viaje considérese un compañero en igualdad de condiciones con su hijo.
Los niños de esta edad necesitan entender la tarea que están realizando, por eso es importante que sepan por qué se les pide que practiquen estas actividades. Siempre que sea pertinente hable con su hijo acerca de las ventajas de las prácticas contemplativas.
Prestar atención: la atención plena
«En esta actividad para tranquilizar la mente y relajar el cuerpo vamos a intentar prestar atención llevando toda nuestra conciencia a lo que está pasando en el momento presente.
Esto se llama atención plena, es decir, ser consciente de todo lo que está pasando en tu interior y alrededor de ti sin juzgarlo ni inquietarte por ello. Dentro de un momento vamos a cerrar los ojos y empezaremos a prestar atención a nuestra respiración.
»La respiración puede ser como un anclaje para ti. La palabra anclaje viene de ancla, que es lo que mantiene a un barco en su sitio y lo fija para que no se vaya a la deriva por el mar. Tus pensamientos y tus sensaciones también pueden vagar en diferentes direcciones, como hacen los barcos, pero la respiración siempre será un anclaje para llevar tu atención de nuevo al momento presente.
»Vamos a ponernos cómodos en la silla; apoyamos totalmente las plantas de los pies en el suelo pero sin cruzar las piernas. Imagínate que sobre ti hay un globo que está unido a la cabeza por un hilo invisible... La cabeza y la espalda están erguidas... y los brazos y los hombros están relajados... y las manos descansan suavemente sobre tus rodillas.
»Ahora cierra los ojos y lleva la atención a la respiración, deja que entre y salga sin esfuerzo... No intentes controlarla, respira con normalidad. Fíjate por dónde entra la respiración.
¿Entra por la boca?... ¿Entra por la nariz?... ¿Y por dónde sale?... Mientras inspiras y espiras, nota cómo el pecho y el abdomen se hinchan con la inspiración y se hunden con espiración.
»Inspira... [Pausa de 5 segundos] y espira... [Pausa de 5 segundos] inspira... [Pausa de 5 segundos] y espira... [Pausa de 5 segundos] inspira (realiza una inspiración profunda, llena el pecho y el abdomen)... y espira (suelta el aire y siente cómo  se hunden el pecho y el vientre)... Y después vuelve a respirar con normalidad... Concéntrate durante unos momentos en la
respiración y cuando inspires puedes decirte a ti mismo: "Inspira...", y cuando espires di en silencio: "Espira..." [Pausa de 15 segundos].
»Si notas que la mente divaga, lo cual ocurre con facilidad, fíjate en lo que ha llamado tu atención... ¿Ha sido un ruido en la habitación?... O ¿quizá una sensación del cuerpo?... Cuando te des cuenta de que te has apartado de la respiración, simplemente fíjate hacia dónde se ha ido la mente... Puedes intentar darle un nombre a lo que ha pasado...
Por ejemplo, si oyes un ruido puedes decirte a ti mismo: "Sonido..." sin importarte qué es lo que ha producido ese ruido.
»Ahora vamos a fijarnos un poquito en los ruidos de la habitación, los que están muy cerca y los que se oyen más lejanos. Cada vez que oigas un ruido... cualquiera que sea el ruido... simplemente dale un nombre a lo que está pasando diciendo en silencio: "Sonido...". Vamos a escuchar durante unos instantes... y cada vez que oigas un ruido di en silencio: "Sonido...", y después vuelve a fijarte en la respiración: inspira... espira... inspira... espira... [Pausa larga].
»Y ahora que estás concentrado en la respiración, fíjate si la mente tiene otros pensamientos o sensaciones. Pregúntate: "¿Cómo me siento en este mismo instante? [Pausa de 10 segundos].
¿Noto alguna parte concreta del cuerpo? [Pausa de 20 segundos]. ¿Puedo notar mis pensamientos que vienen y van?" [Pausa de 20 segundos].
»Cada vez que te des cuenta de que la mente se aparta de la respiración, simplemente pon un nombre a lo que estás haciendo (como escuchar ruidos) y después lleva de nuevo la mente a la respiración: inspira... espira... inspira... espira... »Y cuando te des cuenta de que en la mente aparece un pensamiento o una sensación, simplemente pon un nombre a lo que está pasando en la mente. Puedes decir en silencio: "Soñar despierto", o "Pensar"... y volver a la respiración mientras inspiras... y espiras... inspiras... y espiras... [Pausa de 20 segundos].
»Ahora empieza a notar la silla en la que estás sentado y a notar los pies sobre el suelo; empieza a mover poco a poco los dedos de las manos y los dedos de los pies... y abre lentamente los ojos. Fíjate en cómo te sientes ahora mismo.
»La atención plena es algo que puedes hacer sin tener que cerrar los ojos; puedes realizar muchísimas cosas con atención plena. Sólo significa que estás prestando total atención a todo lo que está pasando en el momento. Incluso puedes lavarte los dientes con atención plena.
»Gracias por compartir esto conmigo».




DESARROLLO DE LOS NIÑOS DE 12 AÑOS EN ADELANTE
La palabra que caracteriza a la adolescencia es «cambio».
Los adolescentes cambian con rapidez en el ámbito emocional, físico, intelectual, social y espiritual. En el centro de esta metamorfosis está la percepción de su emergente personalidad como adulto, no ya como niño. Aunque esta transformación es una parte normal del crecimiento por la que todos hemos de pasar, no hay nada que iguale a la adolescencia en cuanto al estrés y a las exigencias impuestas sobre el adolescente y sus padres; pero al mismo tiempo, ninguna etapa ofrece tantas oportunidades, ilusiones y perspectivas.
En la vida de los adolescentes existen muchas fuentes de estrés. Sus cuerpos están cambiando de una manera desconcertante; también se sienten inseguros frente a las opiniones de los demás, en especial de sus compañeros, que no siempre son amables. Además se juzgan a sí mismos según criterios que aporta la sociedad, que a menudo ofrece unos ideales poco realistas acerca del aspecto externo y del éxito.
A esto se añade la confusa presión de la conformidad, que con frecuencia implica unas conductas peligrosas que pueden asociarse con la madurez, aunque todavía no son capaces de comprender sus consecuencias.
Los adolescentes están montados en una montaña rusa de emociones y las técnicas de relajación pueden ser de mucha ayuda. Necesitan mayor capacidad para concentrarse y mayor capacidad para equilibrar sus emociones. Los jóvenes de esta edad también necesitan un desahogo físico justo en el momento en que la escuela y la sociedad les exigen más tiempo para quedarse en casa y estudiar.
El mundo de los adolescentes lo definen sus compañeros, no los adultos. Aunque nos dejan de lado, en realidad todavía necesitan la orientación y la comprensión de los adultos en su entorno para ayudarles a navegar en esta etapa tumultuosa.
Los jóvenes también necesitan un tiempo para la autorreflexión y la introspección, así como definir su propio sentido y objetivo en la vida; estos anhelos son inherentes a esta etapa del desarrollo. Cuando comparta con él estas estrategias de relajación, al igual que cuando sea su compañero y guía a lo largo de este proceso, le ofrecerá a su hijo las habilidades y las oportunidades que necesita para desactivar los factores de estrés que aparecerán.
Los adolescentes precisan mostrar un tipo de autodeterminación (es tu capacidad de organizar tu vida para crear el futuro que deseas. Es tomar consciencia de tu potencial para cumplir cualquier meta.) que asocian con la madurez, y para esto necesitan sus propias razones y motivaciones, no unas razones que obtengan desde el exterior, como las que proporcionan los padres.
Es bueno que analice con él las ventajas de estas prácticas, desde mejorar sus habilidades sociales hasta aumentar su confianza en si mismo.
Puesto que los jóvenes a esta edad tienen una autoestima frágil, ofrezca a su hijo tiempo, oportunidades y apoyo para aprender y dominar estas habilidades. Una de las mejores maneras para que los adolescentes aumenten su autoestima es que puedan dominar nuevas capacidades. Intente encontrar una estrategia con la que su hijo pueda alcanzar el éxito, o si no rechazará la propuesta como algo que no merece la pena.
Los adolescentes tienen un fuerte sentimiento de pertenencia. Puede sugerirle a su hijo que traiga a un amigo o amiga que esté dispuesto a probar estas técnicas con ustedes.
Los jóvenes poseen un radar sensible para detectar la hipocresía de los adultos. Si usted mismo integra estas técnicas en su vida diaria, sirviendo como modelo, su hijo responderá de forma positiva; pero también necesitan tomar sus propias decisiones sobre si quieren practicarlas o no.
Puesto que los adolescentes se sienten muy inseguros respecto a los cambios físicos en su cuerpo (pueden afectar en mayor o menor medida a su autoestima), procure no hacer comentarios acerca del modo en que su cuerpo adopta las posturas o de cómo afecta el estrés a su aspecto físico, aunque su opinión sea bienintencionada.
A los adolescentes les encantan los rituales en los que se les reconoce una independencia cada vez mayor y su paso a la edad adulta. Piense en maneras sencillas para reconocerle el dominio que ha logrado en estas técnicas; quizá un símbolo de la naturaleza o un paseo especial con él puedan ser maneras de reconocerle su internalización de estas técnicas y su dominio y capacidad cada vez mayores para cuidar de sí mismo.
Los jóvenes de esta edad suelen ser grandes líderes y resuelven los problemas con éxito, por eso pueden actuar como mentores o guías para niños más pequeños en el aprendizaje de estas técnicas, en especial si en su familia hay niños de edades diferentes.
La respuesta de agresión/huida/inmovilidad
 Explique a su hijo por qué el cuerpo responde así cuando estamos estresados.
«¿Te acuerdas de lo que hemos hablado acerca de las sensaciones en la mente y en el cuerpo cuando estamos disgustados?
Esto sucede tanto si queremos como si no, siempre que creemos que estamos en peligro aunque el peligro no exista. Esto se llama la respuesta de "agresión, huida o inmovilidad". Esta respuesta aparece automáticamente cuando creemos que estamos en peligro ¿Qué crees que significa que aparezca algo automáticamente?». [Deténgase un momento para hablarlo].
«Sí, significa que no tenemos que hacer que aparezca, simplemente aparece por sí mismo. En realidad nacemos con la respuesta de "agresión, huida o inmovilidad".
»Imagínate, por ejemplo, que estás andando por un bosque y de repente oyes un ruido, y antes de que te des cuenta ves un oso negro que te está mirando. Intenta imaginarlo.
¿Qué piensas que le pasaría a la mente y al cuerpo?». [Deténgase un momento para hablarlo].
«El corazón empezaría a latir más rápido para bombear más oxígeno a los músculos para que estés listo para la acción. Puede que te sintieras mareado y sudoroso. Todos estos cambios están sucediendo porque la mente piensa: ¡Peligro! Estos cambios te ayudarían a luchar con el oso o a salir corriendo velozmente. En esta situación la reacción del cuerpo realmente te salvaría la vida, te prepara para luchar o para huir. También podrías quedarte inmóvil para mantenerte alejado del peligro o porque te sientes muy asustado. Pero imagina que, de pronto, el oso se da la vuelta y se aleja. ¡Menudo alivio!
»Has visto que esta reacción frente al peligro te puede ayudar en una situación realmente arriesgada. Por ejemplo, si vas a cruzar una calle con la luz verde para peatones pero un coche no se detiene y tienes que dar un salto para que no te pille, entonces la respuesta de "agresión, huida o inmovilidad" es algo bueno; te puede salvar la vida.
»Pero a veces pensamos que algo es un peligro aunque en realidad es una falsa alarma, como la situación en la  que pensamos antes cuando nos sentíamos estresados. En ocasiones no podemos ver la diferencia y antes de que nos demos cuenta nos estamos preparando para enfrentarnos a un peligro inexistente. Cuando se activa la respuesta de estrés el cerebro libera muchos compuestos químicos, así tendremos fuerza para enfrentarnos a una situación peligrosa.
Pero cuando ese peligro en realidad no existe, estos fuerza y empiezan a afectar a nuestra salud.
»Por eso estamos compartiendo estos momentos juntos, en los que intentamos tranquilizar la mente y relajar el cuerpo. Podemos disminuir el número de falsas alarmas y aprender a cambiar nuestra reacción frente al estrés y, por tanto, a gestionar un poco más nuestras emociones».
Presentación de la respiración abdominal
O Explique a su hijo que para aprender a calmar la mente y a relajar el cuerpo cuando estamos estresados es muy importante darse cuenta de cómo estamos respirando. Sin embargo, como la respiración es algo que hacemos automáticamente no solemos prestarle mucha atención, aunque la respiración nos aporta todo tipo de cosas necesarias: energía, claridad de pensamiento y mejor salud. Además, cuando aprendemos a trabajar con nuestra respiración podemos cambiar nuestro estado de ánimo o liberar el estrés acumulado en el cuerpo. Diga a su hijo que durante unos momentos van a fijarse con detenimiento en cómo está respirando.
Pídale que realice el siguiente experimento para empezar a sintonizar con su respiración y para aprender algo más acerca de ella.
«Una de las maneras para relajarse es respirar muy profundamente; sin embargo, como la respiración es algo que hacemos automáticamente no solemos prestarle mucha atención y no sabemos si estamos respirando profundamente o no.
»Cuando respiramos no siempre lo hacemos profundamente. Vamos a hacer un experimento: extiende el brazo hacia delante, súbelo más arriba del hombro y estira el dedo índice como si estuvieras apuntando a algo. Ahora mueve el dedo de un lado al otro como si fuera un limpiaparabrisas. Hazlo unas cinco veces».
O Enséñele cómo se hace y espere a que su hijo lo intente.
Ahora pregúntele qué ha pasado con su respiración durante el experimento. Puede decirle:
«¿Qué has notado en la respiración durante el experimento?
¿Estabas respirando o conteniendo la respiración?
¿Se movía el abdomen o sólo el pecho?».
O En este experimento es muy habitual contener la respiración o hacer respiraciones cortas, por lo cual puede aprovechar para mencionarle que en la vida diaria a menudo no respiramos tan profundamente como deberíamos para relajar el cuerpo y concentrar la mente.
«En la vida diaria hay muchas cosas que interfieren en la manera en que respiramos: no nos dejan hacerlo profundamente, tanto si nos damos cuenta como si no. Cuando estamos distraídos, estresados o enfadados no solemos llenar de aire los pulmones y tomar el oxígeno necesario para que el cuerpo se mantenga sano». [Infle un globo hasta un cuarto del volumen].
«Te voy a enseñar lo que quiero decir con este globo. Cuando no respiramos profundamente (cuando sólo se llena el pecho) estamos llenando los pulmones sólo una cuarta parte de su capacidad, como este globo. Pero cuando respiramos profundamente llenamos completamente los pulmones [infle todo el globo] y eso hace que se hinche el vientre y el aire se expanda en todas las direcciones, como en este globo. Cuando los pulmones están llenos de aire tenemos todo el oxígeno necesario para que el cuerpo funcione. También es importante soltar todo el aire de los pulmones ».
O Explíquele que cuanto más oxígeno inhalemos en cada inspiración, mejor resulta para el cuerpo, porque nos mantiene más sanos y nos proporciona la energía necesaria.
Con la espiración pasa lo mismo; cuando exhalamos liberamos dióxido de carbono, y cuanto más dióxido de carbono expulsemos más sanos estaremos. Después volvemos a empezar el ciclo: introducimos aire fresco en los pulmones con la inhalación y expulsamos el aire viciado en forma de dióxido de carbono con la espiración.
Respirar profundamente, coger y soltar todo el aire que podamos, resulta beneficioso para el cuerpo. Es como si le diésemos al cuerpo la comida que necesita para estar sano.
Pero a veces, si acumulamos mucho estrés en el cuerpo, se nos olvida respirar de esta manera, especialmente a medida que envejecemos.
( ) Ahora intente practicar la respiración profunda: «Vamos a respirar por la nariz, con la boca cerrada, y a colocar las manos sobre el abdomen a ver si se hincha cuando cogemos aire y si se hunde cuando lo soltamos.
¿Estás listo? Aire dentro: 1, 2, 3, 4, 5, y fuera: 1, 2, 3, 4, 5.
»Cuando respiramos muy profundamente el pecho y el abdomen suben. Este tipo de respiración se llama respiración abdominal o diafragmática. ¿Sabes lo que es el
diafragma?». [Deténgase un momento para hablarlo]. «El diafragma es un músculo que separa los pulmones de los órganos que están debajo, como el estómago. Es una lámina delgada de fibras musculares que se extiende de lado a lado y de delante a atrás. Tiene forma de cúpula.
Cuando inhalamos el diafragma se aplana y se tensa, y cuando exhalamos el diafragma vuelve a su posición de reposo, justo entre los pulmones. Cuando respiramos abdominalmente utilizamos el diafragma para hacerle más sitio a los pulmones y así pueden tomar más aire».
O Ahora inténtelo de nuevo. «Vamos a intentarlo otra vez. Inspira contando hasta 5: 1, 2, 3, 4, 5. Espira: 1, 2, 3, 4, 5».
Repítalo unas cuantas veces hasta que su hijo suba el vientre en la inspiración y lo hunda en la espiración. Si no lo puede hinchar con la respiración ayúdele colocando la mano con suavidad sobre el abdomen.
Relajación: relajación muscular progresiva
Para niños de 12 años en adelante: 14 minutos «Hoy vamos a aprender una manera de relajar el cuerpo y tranquilizar la mente. La actividad de relajación que vamos a practicar consiste en tensar y relajar diferentes grupos de músculos del cuerpo. También vamos a observar más atentamente qué partes del cuerpo están más relajadas y dónde se acumula más tensión. Este ejercicio nos ayudará a relajar diferentes partes del cuerpo para que podamos soltar la tensión muscular cuando sea necesario. Esto se llama relajación muscular progresiva o examen corporal. Progresiva significa que vamos a ir moviéndonos poco a poco a lo largo del cuerpo para prestar atención a sus diferentes partes, moviéndonos de una parte a la siguiente y tensando y relajando cada grupo de músculos diferente.
»Después de realizar los ejercicios de tensión y relajación volveremos a recorrer el cuerpo para percibir cómo sentimos cada una de sus partes, qué partes del cuerpo están más relajadas y qué partes del cuerpo todavía están tensas. En esta parte examinamos el cuerpo, por eso se llama examen corporal.
»Vamos a prepararnos para empezar.
»Túmbate cómodamente en el suelo sobre la espalda. Si quieres puedes aflojarte la ropa y quitarte los zapatos. Con los brazos a los lados y las piernas estiradas empieza a relajarte.
Ahora cierra los ojos con suavidad. »Comienza con respiraciones lentas y profundas, y cuando
inspires siente cómo se hinchan el vientre y el pecho, y cuando espires di en tu interior: "Relájate", mientras el vientre se hunde.
»Inspira en 1, 2, 3, 4, 5... Y espira en 1, 2, 3, 4, 5... Y de nuevo, inspira: 1,2,3, 4, 5... Y espira y relájate: 1,2, 3,4, 5.
»Intenta escuchar atentamente mi voz y concéntrate en lo que estoy diciendo mientras te relajas más y más. Si al principio te cuesta estar quieto no te preocupes, es normal. Cada vez será más fácil mantenerte inmóvil. Imagina que tienes una bola de arcilla blanda en la mano derecha. Ahora aprieta la arcilla con la mano derecha, haz fuerza con el puño y tensa el brazo también. Aprieta... aprieta... aprieta... Siente la tensión en la mano y el brazo derechos. Ahora afloja rápidamente la mano derecha y deja que la arcilla imaginaria caiga al suelo. Deja la mano y el brazo derechos completamente sueltos y relájate mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Siente la mano y el brazo derechos muy calientes
y relajados.
»Ahora nos concentramos en la mano y el brazo izquierdos para hacer lo mismo. Imagina que tienes una bola de arcilla blanda en la mano izquierda. Aprieta la arcilla con la mano izquierda, haz fuerza con el puño y tensa también todo el brazo izquierdo. Aprieta... aprieta... aprieta... Siente la tensión en la mano y el brazo izquierdos.
»Ahora afloja rápidamente la mano izquierda y deja que la arcilla imaginaria caiga al suelo. Deja la mano y el brazo izquierdos completamente sueltos y relajados mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. .Siente la mano y el brazo izquierdos muy calientes y relajados. Muy bien. Las manos y los brazos están relajados.
»Ahora nos concentramos en relajar el cuello y los hombros.
Tensa los hombros levantándolos hacia las orejas, tensa los hombros y el cuello y mantén la tensión mientras cuento hasta 5: 1, 2, 3, 4, 5... Y relájate. Deja que los hombros caigan de nuevo. Deja que los hombros y el cuello se relajen mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Siente lo relajados que están los hombros y el cuello. Muy bien. Los hombros
y el cuello están relajados.
»Ahora lleva la atención a la cabeza y la cara. Intenta tensar todos los músculos de la cara. Cierra los ojos con todas tus fuerzas, arruga la nariz y la frente, muerde con fuerza y mantén la tensión mientras cuento hasta 5: 1,2, 3,4, 5... Suelta y relájate. Deja que toda la cara y la cabeza se relajen y se aflojen.
Mantén los ojos suavemente cerrados y siente cómo se relaja la frente, la nariz y la boca mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10... Siente lo relajadas que están la cabeza y la cara. Estupendo. La cabeza y la cara están relajadas
»Ahora nos concentramos en la zona del pecho. Realiza una inspiración profunda y llena completamente los pulmones.
Mantén la respiración durante un instante... y suelta...
Suelta el aire y deja que el pecho se relaje mientras sigues inspirando y espirando, profunda y lentamente.
»Nos concentramos en el abdomen y la parte inferior del cuerpo. Intenta meter el vientre hacia dentro todo lo que puedas, mientras tensas toda la parte inferior del cuerpo. Tensa
el vientre con todas tus fuerzas y mantenlo así hasta que cuente hasta 5: 1,2, 3, 4, 5... Suelta y relájate. Deja que el vientre y todos los músculos que lo rodean se relajen y aflojen. Sigue
relajándote mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10... Siente lo relajada que está la zona del estómago. Muy bien. La parte inferior del cuerpo está relajada.
»Ahora nos concentramos en relajar las piernas, los pies e incluso los dedos de los pies. Empezamos tensando la pierna y el pie derechos, ponlos lo más rígidos que puedas, incluso encoge los dedos del pie derecho. Sigue tensando la pierna y el pie derechos... y ahora suelta y relaja la pierna y el pie derechos mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10... Siente lo relajados que están la pierna y el pie derechos.
»Vamos a hacer lo mismo con la pierna y el pie izquierdos. Tensa la pierna y el pie izquierdos, ponlos lo más rígidos que puedas, incluso encoge los dedos del pie izquierdo. Sigue tensando la pierna y el pie izquierdos... y ahora suelta y relaja la pierna y el pie izquierdos mientras cuento hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10... Siente lo relajados que están las piernas y los pies. Siente la relajación hasta la punta de los dedos de los pies. Muy bien. Las piernas y los pies están relajados.
»Ahora por última vez: cuando cuente hasta 3 intenta tensar todo el cuerpo al mismo tiempo. ¿Estás listo? 1, 2, 3... Tensa y pon rígido todo el cuerpo... Mantén la tensión... Aprieta... aprieta... aprieta... Y suelta. Deja que todo el cuerpo se relaje tumbado y siente cómo te fundes con el suelo. Siente que una ola de calor y relajación te atraviesa el cuerpo y suelta
cualquier tensión que sientas todavía.
»Ahora vamos a realizar otra vez el examen corporal para darnos cuenta de lo relajados o tensos que estamos. Ponte cómodo. Voy a pedirte que, durante unos instantes, te fijes en
si alguna parte del cuerpo todavía acumula tensión. Cuando empieces el examen corporal fíjate en cómo estás respirando.
Asegúrate de hacer respiraciones abdominales profundas, como las que practicaste al principio de esta sesión. »Vamos a empezar por los pies. Fíjate en lo que les pasa a los pies. ¿Sientes tensión en los pies? Si la encuentras, pide a los pies, en silencio y suavemente, que se relajen y se aflojen.
»Ahora concéntrate en las piernas. ¿Qué está sucediendo en las piernas? ¿Sientes alguna tensión? De nuevo, pide a las piernas, en silencio y suavemente, que se relajen y se aflojen.
»Ahora fíjate en el vientre. ¿Estás acumulando tensión en el vientre? Relájate y afloja.
»Lleva la atención al pecho. ¿Estás acumulando tensión en el pecho? ¿Y en la espalda y los hombros? Pide a estas partes del cuerpo que se relajen y se aflojen. Ahora fíjate en cualquier sensación que percibas en la espalda y los hombros. Relájate y afloja.
»¿Y el cuello? ¿Estás acumulando tensión en el cuello? Relájate y afloja.
»¿Y la cara? ¿Sientes tensión en la cara? Relájate y afloja.
»Fíjate en toda la cabeza. ¿Estás acumulando tensión en alguna parte de la cabeza? Relájate y afloja.
»Durante unos instantes realiza un examen de todo el cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la parte superior de la cabeza. Fíjate en cualquier tensión que puedas albergar en el cuerpo. Entonces detente un momento y lleva la atención a esa parte del cuerpo y pídele suavemente que se relaje.
Observa si sientes tensión en cualquier otra parte del cuerpo.
De nuevo concéntrate en ella y deja que se relaje. Y ahora, con la mente, realiza un examen corporal empezando por la cabeza, recorriendo todo el cuerpo hasta los dedos de los pies y fíjate en cómo te sientes. Y ahora, poco a poco empieza a notar los ruidos de la habitación y el suelo sobre el que estás tumbado.
«•Lentamente abre los ojos y estira el cuerpo con fuerza.
Cuando estés disgustado y empieces a sentir que se tensan los músculos puedes realizar un examen y decirte a ti mismo: "Relájate y afloja". Gracias por compartir esto conmigo ».



Las lecciones emocionales sobre el cultivo de la fortaleza interior que los niños aprenden de los adultos en su entorno son poderosas y duraderas. Cuando los adultos no toman en cuenta los sentimientos de sus hijos, éstos terminan pensando que sus sentimientos no son importantes. Si les amenazamos o les castigamos repetidas veces porque han mostrado una emoción, acabarán aprendiendo que las emociones son algo peligroso que deben esconder y mantener en su interior, lo cual constituye una invitación a la depresión o las manifestaciones de ira. Cuando los adultos son incapaces de enseñar a niños que son destructivos y coléricos otras formas de expresar las emociones y de gestionar los sentimientos, éstos aprenden que pueden pegar a los demás o coger una rabieta cuando quieran.
Un cuidadoso estudio acerca de las relaciones y las interacciones entre padres e hijos ha demostrado que existe otro estilo de interacción que puede ayudar a que los niños crezcan
con solidez emocional. El investigador John Gottman lo denomina como un «entrenador emocional»2. Significa que los padres utilizan las oportunidades que ofrecen las emociones difíciles o dolorosas, por ejemplo, si el niño ha tenido una discusión o un desengaño, para explorar la verdadera naturaleza de estos sentimientos y poder trabajar con ellos de forma constructiva.
Los padres pueden incitar a sus hijos a que utilicen palabras que expresan sentimientos y emociones, como: «Estoy triste» o «Eso me hizo enfadar», en lugar de sólo tratar con ellos. Los niños necesitan oportunidades para explorar su paisaje emocional acompañados de los adultos en su entorno
Ofrecer de forma regular a los niños unos momentos para estar tranquilos puede ayudarlos en el difícil paso de la infancia a la edad adulta. Cuando se les enseña a frenar y a apreciar el silencio, tienen una oportunidad excepcional para explorar las cuestiones vitales más profundas, como: «¿Cuál es mi objetivo en la vida?» o «¿Cuál es la mejor manera de utilizar mi talento y mis aptitudes?». A medida que usted y su hijo estudien el funcionamiento de la mente y presten mayor atención a sus pensamientos, podrán darse cuenta de cuáles son sus creencias, sus ideas y sus sentimientos. A menudo no tenemos tiempo para reflexionar acerca de estas cuestiones; ponemos el piloto automático y no registramos el significado profundo de lo que hacemos.
Laura Parker Roerden, una madre que utiliza muchas de estas técnicas en su hogar con sus tres hijos, indica que los efectos del aprendizaje de estas técnicas no suelen ser inmediatos pero a menudo nos sorprenden, justo en el momento en que pensamos que esto no está funcionando. Un día que
Laura estaba en mitad del tráfico con su hijo de 5 años, Eli, y empezaba a sentirse muy estresada, oyó que desde el asiento de atrás su hijo le recomendaba: «Respira, mamá, tú sólo respira ». En otras ocasiones, cuando madre e hijo están sincronizando sus respiraciones en los preciados instantes de tranquilidad y atención plena antes de irse a dormir, Eli a menudo revela la sintonización que ha alcanzado con su vida interior.
Muchos meses después de que muriera su abuelo, Eli le comentó a su madre de repente:
«Mamá», dijo pensativo, rompiendo el silencio, «creo que el cielo está en mi corazón».
«¿Por qué piensas eso chiquitín?», le preguntó la madre.
«Porque el abuelo Parker está en el cielo y también está en mi corazón ahora mismo».
Cuando los niños como Eli crecen en hogares y en escuelas que aprueban la exploración de su vida interior, es más probable que desarrollen una identidad sana y llena de amor, esperanza y optimismo. Los niños que son capaces de tranquilizarse y de reflexionar sobre sí mismos tienen más capacidad para reconocer, identificar y gestionar sus emociones. También pueden concentrarse mejor y pensar con mayor claridad. No será fácil que su angustia se traduzca en un comportamiento antisocial.
Estos niños son capaces de llevar toda su atención, entusiasmo, interés y una respuesta emocional positiva a cualquier situación. Como resultado de esto, alcanzarán su máximo potencial.
Por ejemplo, cuando los niños se dan cuenta del flujo de sus sentimientos, pensamientos o sensaciones mientras realizan uno de estos ejercicios de relajación, están desarrollando la capacidad para emplear esta conciencia en cualquier momento de su vida. Si se enfadan y no están seguros de lo que les está pasando, pueden utilizar una de estas técnicas para empezar a gestionar sus emociones y tranquilizarse. Es mucho más fácil que los niños hablen de lo que les está molestando si pueden salir del modo «respuesta al estrés». Si son capaces de reconocer en qué parte del cuerpo están sintiendo esta molestia, pueden utilizar su mente para liberar esa parte lo suficiente como para poder hablar de ello, e incluso pueden pensar en alguna manera de resolver la situación o sentirse mejor