Las habilidades de la inteligencia
emocional son sinérgicas respecto de las cognitivas y los trabajadores
"estrella" tienen unas y otras. Porque el hecho es que, cuanto más
complejo sea un determinado trabajo, mayor es la importancia de la inteligencia
emocional.
Las competencias emocionales
resultan especialmente importantes en el campo del liderazgo, que apunta a
lograr que las personas lleven a cabo su trabajo del modo más eficaz posible.
Es por esto por lo que la ineptitud emocional de los jefes consume tiempo,
genera roces, desalienta la motivación y el compromiso, fomenta la hostilidad y
la apatía y, en suma, provoca un menoscabo en el rendimiento laboral de los trabajadores.
De este modo, las fortalezas y debilidades de la competencia emocional de un
jefe pueden medirse, respectivamente, con el pleno aprovechamiento o el mal uso
del talento de sus subordinados.
Cerca de la mitad de las
habilidades que necesitamos son de orden técnico pero el resto tienen que ver con el dominio
'"blando" de la inteligencia emocional, un dominio cuya importancia resulta
excepcional para el desempeño de los trabajadores "'estrella. Las
habilidades técnicas son menos importantes cuanto mayor es el nivel del trabajo
que hay que realizar y, en cambio, las competencias propias de la inteligencia
emocional adquieren mayor relevancia.
Las competencias emocionales más relevantes
para el éxito caen dentro de los tres grandes grupos siguientes:
• Iniciativa, motivación de logro y
adaptabilidad.
• Influencia, capacidad para
liderar equipos y conciencia política.
• Empatía, confianza en uno mismo y
capacidad de alentar al desarrollo delos demás.
Los jefes de departamento dotados
de estas cualidades suelen superar un 15 y un 20% en sus estimaciones de
rendimiento laboral mientras que los que carecen de ellas suelen quedar un 20%
por debajo de ellas.
“El director general de cierta
empresa —una de las más importantes de su sector— confesó la razón por la cual, en lugar de
ascender al jefe de contabilidad —que llevaba muchos años trabajando en la
empresa—, acabó despidiéndole: «Tenía un talento extraordinario —dijo—, era
intelectualmente brillante y poseía una mente muy incisiva, era un auténtico mago
con los números. Por ello, a fin de cuentas, era jefe de contabilidad.
»Pero a pesar de todo ello, hubiera
sido un pésimo jefe, porque no era una persona especialmente agradable sino que
solía mostrarse brusco y desconsiderado. Y en la interacción con los grupos se
mostraba torpe, carecía de toda sensibilidad e incluso adolecía de toda vida
social, hasta el punto de que, a los cuarenta y cinco años, se hallaba
completamente solo, no tenía amigos y pasaba todo el tiempo trabajando. Era, en
suma, una persona unidimensional, razón por la cual acabé despidiéndole.
»Si sólo hubiera poseído el 5% de
las competencias emocionales, hoy en día seguiría en su puesto de trabajo.»
Las ocasiones en que hay que mostrarse duro
A
decir verdad, el liderazgo a veces exige cierta dureza. El arte del
liderazgo consiste también en saber cuándo debemos imponernos —y
amonestar a alguien por su bajo rendimiento, por ejemplo— y cuándo debe
mosmostrarnos más amables y emplear formas menos enérgicas de orientar y
dirigir a los demás.
Hay
ocasiones en que el liderazgo exige asumir decisiones difíciles. A fin
de cuentas, alguien debe decirle a la gente lo que tiene que hacer,
conseguir que cumplan su cometido y ser muy claro con respecto a las
consecuencias que comporta el incumplimiento de sus obligaciones. Así
pues, no todo se reduce a la persuasión, la búsqueda del consenso y el
resto de las artes de la influencia porque en ciertos momentos hay que
recurrir a la autoridad para lograr que la gente se ponga en marcha.
Uno
de los errores más típicos de los líderes —desde los supervisores hasta
los altos ejecutivos— es la incapacidad de mostrarse enérgicos cuando
la ocasión lo requiere. En este sentido, la negligencia constituye un
verdadero obstáculo, como ocurre, por ejemplo, cuando alguien se halla
más preocupado por agradar a los demás que por hacer que cumplan con su
cometido, en cuyo caso, en lugar de oponerse al bajo rendimiento, no
hacen más que alentarlo.
Las personas que se sienten incómodas con
el enfrentamiento y el enojo también tienen resistencias para asumir
una actitud decidida cuando la ocasión lo requiere.
Características de Fracaso
ØRigidez:Incapacidad para adaptarse a los cambios de la política de la empresa e
incapacidad para asimilar o responder adecuadamente a la retroalimentación
sobre los rasgos que deben cambiar o mejorar. Se trata, en suma, de personas
que no han desarrollado la capacidad de escuchar y de aprender.
ØRelaciones
muy pobres: Entre los factores más frecuentemente citados se
hallan las críticas muy severas, la insensibilidad o las exigencias exageradas que
terminan confundiendo a sus subordinados.
Estos
rasgos demostraron ser verdaderos obstáculos hasta para los ejecutivos más
brillantes y dotados. Cierto ejecutivo se refirió a un colega fracasado del
siguiente modo: «Es un gran estratega y posee un elevado sentido de la ética
pero desprecia a las personas y sólo sabe demostrar su inteligencia
menospreciando a los demás. Son muchas las personas que han tratado de ayudarle
a superar esta desventaja pero, hasta el momento, parece tratarse de un caso
perdido».
ØLa
flexibilidadconstituye el opuesto de la rigidez. «El liderazgo
ágil y la capacidad para recurrir a diferentes estilos directivos con personas pertenecientes
a todos los niveles de la empresa —desde los vendedores hasta la alta
dirección— exigen una buena dosis de empatía y autocontrol emocional
ØAutocontrol: Los jefes que fracasan soportan mal la presión y tienden
al mal humor y los ataques de cólera. El ejecutivo con éxito, por su parte, no pierde
el equilibrio durante las situaciones tensas sino que aun en medio de la crisis,
mantiene su serenidad, su confianza y su responsabilidad.
ØResponsabilidad: El grupo
de los fracasados suele reaccionar defensivamente ante los errores y las
críticas, negándolas, encubriéndolas o intentando descargar su responsabilidad
sobre otras personas. Los triunfadores, por su parte, asumen sus
responsabilidades, admiten sus posibles fallos y errores, toman medidas para solucionar
los problemas y siguen adelante sin dar más vueltas a lo ocurrido.
ØFidelidad:Los
errores suelen estar ligados al exceso de ambición, el deseo de seguir adelante
a expensas de los demás. Los directivos que triunfan más muestran, por el
contrario, un profundo interés por las necesidades de sus subordinados y
colegas y por las exigencias concretas de la tarea que estén llevando a cabo y
conceden a todo ello más importancia que el hecho de tratar de impresionar a
toda costa a su propio jefe.
ØHabilidades
sociales: Los líderes que fracasan son poco empáticos y sensibles, y
de este modo suelen exhibir un exceso de arrogancia, agresividad o prepotencia
hacia sus subordinados. Y, aunque hay algunos que de vez en cuando se muestren
encantadores e incluso parezcan estar interesados en los demás, esto termina
revelándose como una mera fachada. Los directivos triunfadores, por su parte,
se muestran empáticos y sensibles, y son considerados y respetuosos con todo el
mundo, tanto superiores como subordinados.
Las normas que gobiernan el mundo
laboral están cambiando. En la actualidad no sólo se nos juzga por lo más o
menos inteligentes que podamos ser ni por nuestra formación o experiencia, sino
también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los
demás.
Estas nuevas normas pueden
ayudarnos a predecir quién va a fracasar y quién, por el contrario, llegará a
convertirse en un trabajador '"estrella".
Pero el hecho es que estas normas
tienen muy poco que ver con lo que, en la escuela, nos dijeron que era
importante porque, desde esta nueva perspectiva, las habilidades académicas son
prácticamente irrelevantes. Este nuevo criterio parte de la base de que ya
disponemos de suficiente capacidad intelectual y destreza técnica para llevar a
cabo nuestro trabajo y, por el contrario, centra su atención en cualidades
personales como iniciativa, la empatía, la adaptabilidad o la capacidad de
persuasión.
En una época que adolece de todo
tipo de garantía y seguridad laboral y en la que el mismo concepto de
"trabajo" está viéndose rápidamente reemplazado por el de
"habilidades portátiles", éstas son las cualidades que determinarán
nuestra permanencia en el puesto de trabajo y nuestra flexibilidad para adaptarnos
al nuevo mercado laboral, habilidades con una gran diversidad de términos, como
"carácter", "personalidad", "competencias" o
"habilidades blandas", en la actualidad disponemos de una comprensión
más detallada de estos talentos y de un nuevo nombre para ellas:
"inteligencia emocional”.
Una forma distinta de ser inteligente
«En la escuela de ingeniería
tenía la nota promedio más baja que jamás se había dado —me confesó el director
adjunto de una empresa de consulting— pero cuando me alisté en el ejército y
fui a la academia de oficiales, me convertí en el primero de mi promoción. Todo
depende del tipo de relación que mantengamos con nosotros mismos, del modo en
que nos relacionemos con los demás, de nuestra capacidad de liderazgo y de
nuestra habilidad para trabajar en equipo. Éstos son los elementos que, a mi
juicio, determinan la realidad del mundo laboral.»
v* La
inteligencia emocional no significa sólo "ser amable", porque hay
momentos estratégicos en los que no se requiere precisamente la amabilidad
sino, por el contrario, afrontar abiertamente una realidad incómoda que no
puede eludirse por más tiempo.
v * La
inteligencia emocional tampoco quiere decir que debamos dar rienda suelta a
nuestros sentimientos y “dejar al descubierto todas nuestras intimidades"
sino que se refiere a la capacidad de expresar nuestros propios sentimientos
del modo más adecuado y eficaz, posibilitando la colaboración en la consecución
de un objetivo común.
El grado de desarrollo de la
inteligencia emocional no está determinado genéticamente y tampoco se
desarrolla exclusivamente en nuestra infancia. A diferencia de lo que ocurre
con el CI, que apenas varía después de cumplir los diez años, la inteligencia
emocional constituye un proceso de aprendizaje mucho más lento que prosigue
durante toda la vida y que nos permite ir aprendiendo de nuestras experiencias,
se trata de ser más capaces de manejar sus propias emociones e impulsos, de
motivarse a sí mismos y de perfeccionar su empatía y sus habilidades sociales
Antes los trabajadores de un
nivel intermedio podían ocultar fácilmente su irascibilidad o su timidez, pero
hoy en día se hace cada vez más evidente la importancia de habilidades tales
como el control de las propias emociones, el adecuado manejo de las
entrevistas, la capacidad de trabajar en equipo y el liderazgo.
En una encuesta de alcance
nacional que trataba de determinar lo que demandan los empresarios de sus
nuevos trabajadores, las competencias técnicas concretas no eran más
importantes que la habilidad subyacente para aprender el trabajo. Pero, además
de esta cualidad, los empresarios enumeraban también las siguientes:
• Capacidad de escuchar y de
comunicarse verbalmente
• Adaptabilidad y capacidad de
dar una respuesta creativa ante los contratiempos y los obstáculos
• Capacidad de controlarse a sí
mismo, confianza, motivación para trabajar en la consecución de determinados
objetivos, sensación de querer abrirse un camino y sentirse orgulloso de los
logros conseguidos
• Eficacia grupal e
interpersonal, cooperación, capacidad de trabajar en equipo y habilidad para
negociar las disputas
• Eficacia dentro de la
organización, predisposición a participar activamente y potencial de liderazgo.
Así pues, sólo uno de los siete
rasgos más valorados por los empresarios tenía un carácter académico, la
competencia matemática y las habilidades de lectura y escritura.
Aun entre los terapeutas de formación más sólida, es indudable que desde el enfoque occidental todo se orienta a determinar el origen de los problemas y, por lo tanto, los modos de analizar cada situación están siempre impregnados de nuestra fuerte tendencia racionalista que, como es obvio, parte de la suposición (no siempre acertada) de que todo puede explicarse.
Para terminar de perder el camino, nuestro razonamiento muchas veces se apoya en determinadas premisas que damos por indiscutibles cuando no lo son.
La psicología ha demostrado que existen condicionamientos educativos, por lo general no demasiado conscientes, y muchos hábitos ligados a ciertas experiencias de nuestra historia que han dejado huellas indelebles en nuestra mente.
Como se supone que todo tiene explicación dentro de esta vida, cuando no se encuentra la causa de ciertos comportamientos o problemas, aparece la tendencia a localizarla siempre en el contenido oculto, olvidado o reprimido de nuestro inconsciente.
Y es hasta cierto punto bastante lógica esta dispersión.
Si por alguna razón decidiera yo que la llave que busco está forzosamente dentro de este armario y a pesar de mi convicción no la encontrara, concluiría con seguridad en la idea de que existe un compartimiento secreto en el mueble.
Para algunos colegas, estos determinantes ni siquiera pertenecen a nuestra historia inconsciente, sino que corresponden a condicionamientos y huellas dejados por vidas anteriores.
Sinceramente, creo que existe en algunos de nosotros -psicoterapeutas, psicoanalizados o ambas cosas— una tendencia a subrayar en exceso el papel del inconsciente a la hora de buscar el origen o la explicación de nuestros problemas, que si bien están atados a los condicionamientos que nos esclavizan, no están necesariamente vedados a nuestra mirada, ni son independientes de nuestra decisión de librarnos de ellos.
Un avión no deja de poder desplazarse por la pista, exactamente igual que como lo haría un automóvil, pero sólo se actualiza como avión cuando se eleva en el aire, es decir, en el espacio tridimensional. De la misma manera, si bien el hombre es un ser humano, también es algo más que un ser humano: es una persona, y esto implica una dimensión más sumada a la de su autonomía: la de su libertad.
Evidentemente, la libertad del hombre no es una libertad de condicionamientos biológicos o psicológicos, es la libertad para tomar posición ante todos los condicionamientos y elegir el propio camino.
El estrés es la reacción del cuerpo ante cualquier situación que se perciba como un peligro.
No son los acontecimientos o las circunstancias en sí mismos, sino la reacción del cuerpo ante éstos.
El estrés se registra en el cuerpo como una reacción ante el peligro conocida como la respuesta de «agresión, huida o inmovilidad», que es una respuesta innata y automática. Es la respuesta provoca un conjunto de reacciones fisiológicas en el cuerpo: aumenta la frecuencia cardiaca, la sangre se disiribuye hacia los músculos para aumentar la fuerza, se dilatan las pupilas y se detiene la digestión. El problema es que en el mundo moderno se abusa de la respuesta de «agresión, huida o inmovilidad», porque respondemos a muchas situaciones como si estuviera en peligro nuestra vida cuando no es así, nuestro sistema nervioso no tiene tiempo de recuperarse porque estamos activando esta respuesta con demasiada frecuencia. Cuando el estrés es crónico el cuerpo no puede enfrentarse a él y la sobrecarga de estrés puede conducir a una enfermedad relacionada con el estrés.
Afortunadamente a finales de la década de 1960 algunos investigadores de la Universidad de Harvard, como Herbert Benson, observaron la existencia de un mecanismo de compensación a la respuesta de «agresión, huida o inmovilidad ». Consistía en un conjunto de respuestas fisiológicas
coordinadas de forma similar. Benson lo denominó la «respuesta de relajación». Esta puede activarse simplemente sentándose en silencio y concentrando el cuerpo en la relajación a través de la meditación, la visualización, los movimientos lentos, el arte y la música, o relajando los músculos de forma intencionada y sistemática.
En primer lugar, es importante concentrarse en respirar profundamente, un ingrediente esencial en cualquier actividad de relajación. Respirar profunda y uniformemente es una de las maneras más rápidas y fáciles de aumentar la relajación y la conciencia, y liberar la tensión y el estrés. Sin embargo sólo la respiración abdominal (también denominada respiración diafragmática) ayuda a liberar el estrés más profundo.
También es importante ser consciente de cuáles son nuestros factores de estrés y notar la forma en que reacciona nuestro cuerpo. Es posible que al principio no nos demos cuenta de la cantidad de estrés que acumulamos, aunque el cuerpo registra el estrés antes de que seamos conscientes de él. La tensión en los músculos es una señal que produce el cuerpo cuando tenemos estrés.
PRESTAR ATENCIÓN En el segundo ejercicio para tranquilizarse ayudamos a que los niños experimenten la atención plena como una forma de mejorar su capacidad para prestar atención al momento sin emitir juicios. Esta capacidad la tenemos todos y puede estimularse mediante la práctica e integrarse en la vida diaria. La atención plena como herramienta de relajación nos hace prestar total atención a lo que estamos haciendo cuando lo estamos haciendo. La atención plena puede practicarse como una forma de meditación o emplearse como una manera de prestar total atención a nuestras actividades diarias, igual que dar un paseo o preparar la comida.
Los ejercicios de atención plena se realizan mientras permanecemos inmóviles; cuando la mente divague simplemente observamos hacia dónde se han dirigido los pensamientos y después devolvemos la atención a nuestra respiración, que nos sirve de anclaje. Resulta útil darle nombre a los pensamientos que vienen y van utilizando palabras sencillas, como «oír», «pensar» y «sentir». Este proceso nos ayuda a darnos cuenta de dónde está nuestra atención para que podamos llevarla
de nuevo a nuestra respiración.
El objetivo principal de la conciencia de la atención plena es fortalecer nuestra capacidad
para prestar atención. Cuando la mente divaga no emitimos ningún juicio, puesto que es algo natural. Simplemente volvemos a nuestra respiración como anclaje de nuestra experiencia. La conciencia se fortalece de la misma manera que se fortalecen otras habilidades: con la práctica.
Las investigaciones han demostrado que la práctica de la meditación de la atención plena y su integración en la vida diaria reduce el estrés, potencia el sistema inmunológico y es una estrategia eficaz de relajación.
Pero lo más importante es que la atención plena cultiva una sensación de serenidad, frena los pensamientos acelerados activados por los factores de estrés y nos proporciona la energía y las estrategias necesarias para enfrentarnos a los desafíos. Cuando aplicamos la atención plena nos entregamos totalmente a las experiencias, hacemos una cosa en cada momento, nos concentramos en
esa cosa, somos conscientes de ella y la interiorizamos completamente.
Esto vuelve a comunicarnos con el mundo que nos rodea y con nosotros mismos.
La atención plena puede permaneciendo inmóvil y también como un hábito de conciencia que aplicamos a la vida diaria normal.Es deciir, podemos abordar cualquier tarea diaria (como lavarnos los dientes, vestirnos y comer) con atención plena y concieneia. En realidad es mejor que los niños comiencen a realizar tareas diarias con atención plena antes de empezar con los ejercicios, en los que es necesario permanecer inmóvil.
Es muy frecuente en la infancia,
ya que afecta el 3% y 6% de los niños. Se transmite en familias con un alto
componente genético y factores medioambientales. Se ha encontrado alteraciones
en la estructura, función y neurotransmisión cerebral en pacientes con TDAH. El
tratamiento se basa en un abordaje con medicación y psicosocial (apoyo escolar
y entrenamiento de padres sobre el TDAH y manejo conductual).
Las causas delTDAH son múltiples, ya que influyen diversos
factores, sinembargo actualmente se
cuenta con el conocimiento de algunos de ellos;cabe resaltar que ningún factor por sí solo explica el origen del
trastorno.
Estos son algunos factores que
pueden influir:
Factores genéticos
• Se ha encontrado que un tercio
de personas con TDAH tienen un familiarcon
el trastorno.
• Los hermanos de un niño con
TDAH tienen un riesgo dos veces mayor depadecer el trastorno que la población general.
•Un hermano puede manifestar predominantemente síntomas dehiperactividad, mientras que otro puede manifestar
sobretodo síntomas dedéficit de
atención.
• Existe mayor presencia en hijos
de padres alcohólicos y con personalidadantisocial.
Factores neuroquímicos
• Algunos estudios muestran que
ciertos neurotrasmisores (sustanciasquímicas
del cerebro que permiten la transmisión de la información deuna neurona a otra) son deficientes. En
especial, han sido identificados dosneurotrasmisores:
dopamina y la norepinefrina.
Los neurotransmisores
relacionados con el TDAH son la dopamina, serotonina, y norepinefrina o
noradrenalina, los cuales participan llevando y trayendo información para las
adecuadas respuestas cognitivas y el control de impulsos de la persona.
Cuando existen niveles elevados
de Dopamina la persona puede estar concentrada y enfocarse para trabajar en una
tarea
Cuando existen niveles bajos de
Dopamina entonces hay distracción y dificulta completar una tarea, dificultad
para pensar anticipadamente, impulsividad cognitiva (muchas ideas de golpe en
la cabeza)
En el caso de la Serotonina, con
niveles elevados mantiene buen estado del ánimo, puede mantenerse enfocado en
una sola cosa, ayuda a conciliar el sueño
Cuando existen niveles bajos de
Serotonina: irritabilidad, agresión hacia sí mismo u otros, impulsividad
Factores neurofisiológicos
• Comunicación entre neuronas con funcionamiento
o desarrollo anormal, loscuales se
detectan a través de estudios de electroencefalografía y potencialesevocados (registro de respuesta a estímulos).
Factores psicosociales
• Las vivencias que producen estrés psíquico, la
pérdida del equilibrio familiar y otros factores inductores de ansiedad contribuyen
a la aparición o a lapersistencia de
TDAH.
• Otros factores psicosociales
que pueden influir, son: Factores Familiares yexigencias sociales.
• El nivel socioeconómico no parece ser un
factor influyente.
Afecta la capacidad de:
* Regular su nivel de actividad,
por lo que tienen hiperactividad.
* Inhibir o frenar sus ideas,
pensamientos o comportamientos, por lo que tienen impulsividad
* Prestar atención a las acciones
que realizan, por lo que sufren inatención.
* Tiene una gran dificultad para
prestar atención y concentrarse, se diatrae fácilmente y es muy impulsivo.
Sus sintomas empiezan antes de los 7 años de edad y
afecta al niño o adolescente al menos dos ambientes de su vida como en la casa,
colegio o con los amigos.
A largo plazo si no se trata correctamentem produce una
disminucion del rendimiento esclar, este dificulta su paso a cursos superiores,
sipasan de curso no dominan la materia anterior y el niño se hace cada vez mas
endeble, donde afecta el desarrollo social y emocional. Debido a problemas en
las relaciones con los compañeros por su impulsividad, los niños con TDAH
tienden a tener pocos amigos.
Los fracasos repetidos en el colegio, las discusiones
con amigos y padres surgen sintomas depresivos donde desarrollan
comportamientos negativistas, desafio de autoridad, problema de conductas
mayores e incluso, abuso de alcohol y drogas.
Existen 3 tipos de TDAH:
·TDAH tipo hiperactivo-impulsivo (el niño solo
presenta hiperactividad e impulsividad), que es muy poco frecuente.
·TDHA tipo inatento ( tiene inatención)
·TDHA tipo combinado ( presenta tres síntomas;
hiperactividad, impulsividad e inatención)
El niño es inatento cuando, por ejemplo: Al preparse por la
mañana para el colegio, si mientras se viste ve un juguete que le atrae, se
queda medio vestido y jugando. Hay que decirle muchas veces que se vista,
quitarle el juguete, acabar de vestirle y llevarle a desayunar, para encontrarle
jugueteando con otra cosa y sin desayunar.
Los niños con impulsividad tienen dificultades para inhibir
o modular sus respuestas o reacciones inmediatas ante las situaciones. Por eso,
en clase responden sin pensar, a veces incluso antes de que el profesor haya
terminado de formular la pregunta sin pensar realmente lo que se está
preguntando. Hacen comentarios inapropiados sin pensar en la reacción de la
otra persona.
Su impulsividad hace que les resulte muy difícil esperar su
turno para hacer algo, por ejemplo en juegos y, por ellos, no son aceptados por
los compañeros.
Sufren más accidentes (como golpes, caídas, fracturas)
El adulto que continúa con TDAH continua con sensación interna
de inquietud, poca planificación y organización, poca memoria, malestar
emocional, frustración y mal carácter, con enfados frecuentes. Les resulta difícil
acabar las tareas de cada día. A nivel familias tienen más problemas (discusiones,
separaciones, divorcios, varios matrimonios), mayor índice de accidentes de tráfico
y comportamientos que rompen las reglas (multas por exceso de velocidad). Suele
haber problemas psiquiátricos asociados, como depresión.
Tienen frecuentemente problemas graves de conducta,
comportamientos antisociales (mentir, robar, faltar a clase, engañar a otros)
Abuso de alcohol y drogas.
Técnicas de modificación de
conducta
Un niño con TDAH puede ser un torbellinodeconducta desordenadas e inapropiadas y
amenudo,losmétodosque funcionanconotrosniñosnotienen
resultado en él. Ante esta situación, la única manera de lograr que el niño se comporte
es poner en práctica una serie de técnicas para modificar su conducta.
Antesdeempezar,lospadresdeben proponerse aplicarlas con constancia. Las técnicasdemodificacióndeconducta producenunefectorebote.Cuandose comienza a aplicarlas se aprecia una
mejoría que disminuye rápidamente; en ese momento los padres suelen abandonar
las técnicas pensando que no han dado resultado. Por lo tanto, hay que ser
pacientes y tener muy claro que todos los niños tienen altibajos.
Refuerzo positivo
Este tipo de técnicas requieren
que los padres presten atención a las conductas adecuadas que normalmente pasan
desapercibidas. Por ejemplo,felicite al
niño inmediatamente después de que haya hecho algo bueno, como hablar sin gritar
o pedirle el juguete a su hermana en lugar de quitárselo.
Hágalo a menudo, no responda
solamente ante sus malas conductas . De lo contrario, el niño se seguirá
portando mal, ya que percibirá que es la única forma de llamar la atención de
sus padres.
Lastécnicasderefuerzopositivoestán basadas en los siguientes puntos:
•La alabanza y los premios , que deben incluiruntonodevozagradableyuna alabanza
sincera. A su vez, los halagos no debensersiempreiguales.Siloson, perderán su efecto reforzador.
• Procure prestar unaatención positivaa suhijo. Hágalesabequeustedestá interesado y comprometido en ayudarlo cuando
sea necesario, préstele atención, escúchele cuidadosa y atentamente.
• Mantenga contacto físico con
él: Siéntese cerca o póngale sobre sus rodillas, dele abrazos y besos o una
palmadita cariñosa, hágale cosquillas...
• Identifique cuáles son las
recompensas y privilegiosapropiados
para el niño y no dude en otorgarlos inmediatamente después de observar una
conducta adecuada (nunca antes).Debeintentarqueestas recompensas no sean siempre las mismas y pactar con él en qué
situaciones se le retirará (en este sentido, no amenace, actúe).Finalmente,recuerdequeeste sistema funciona con lentitud, por lo
que debe ser perseverante.
Disminuir los comportamientos inadecuados
Con respecto a estas técnicas,
deben ponerse en práctica inmediatamente después de la conducta negativa que se
quiera corregir. Sin embargo, ningunadebeprolongarseen exceso,yaquegeneraráenelniño sentimientos de rencor y frustración.
•No le preste atención. Cuando el niño se portemal otengaconductasagresivas sobre sí mismo o sobre los demás,
retírele toda su atención. El niño soporta mal que leignoren yveráquesuconductano funciona.
•Aislamientootécnicadel“tiempo fuera”. Inmediatamente después de que su hijo haya mantenido un
comportamiento incorrecto, haga que pase unos minutos en un rincón o en
cualquier otro sitio aburrido donde no pueda encontrar ninguna cosa divertida ni
estimulante. Pero no imponga esta situación como algo negativo, sino comounaoportunidadparacalmarse.
Apliqueestatécnicadespuésdeuna
advertencia y sólo para detener conductas violentas. Si su hijo se niega a
marcharse al lugar de aislamiento, aumente un minuto extra el castigo por cada
minuto que se retrase en cumplirlo.Y adviértalequesisaledel aislamiento antes de que se le permita hacerlo, el tiempo empezará a
contar de nuevo.
Cómo lograr que su hijo obedezca
Una de las tareas más difíciles
para los padres de un niño con TDAHeslograrqueéste obedezca.Paraello,es importante que los padres intenten no forzarquesushijossigansus instrucciones, sino lograr que para ellos sea algo fácil y que
quieran hacerlo. Esto puede lograrsecumpliendoconlas siguientes pautas:
Simplifique las reglas de la casa
Explíquele lo que significa cada
una y anótelas en una lista. Anote también lo que ocurrirá cuando las reglas se
cumplan y cuando se rompan.Estoslímitesdeberánser comprensiblesysobretodo,inflexibles.
Ayude al niño a hacer las cosas
paso a paso
Para un niño con TDAH es muy
difícil recordar varias indicaciones juntas o realizar grandes tareas. Por
ello, pídale que haga las cosas paso a paso dándole las indicaciones de una en
una, a medida que vaya finalizando cada actividad.
Asegúrese de que sus
instrucciones son comprendidas
Haga que su hijo le preste
atención y háblele mirándole a los ojos. Dígale con voz clara y calmadaque esloqueusteddesea,en oraciones simples y
cortas. Luego pídale que le repita en voz alta lo que tiene que hacer; sólo así
se asegurará de que le ha escuchado mientras hablaba y que le ha entendido
bien.
Utilice el sistema de puntos
Es un sistema de premios mediante
el cual el niño gana puntos (o fichas) cuando se porta bien y las pierde cuando
se porta mal. Por ejemplo,élpuedeacumularpuntospor ordenar su cuarto y perderlos por no
hacer la tarea. Al final de la semana, puede recibir un premio en relación con
la cantidad de puntos que haya acumulado.
Enséñele a ser organizado
Lossíntomasdelosniñoscon TDAHhacenquelesresulte extremadamente
difícil realizar correctamente cualquier tipo de actividad. No suelen poner atención
a los detalles, se les pierden las cosas y nosabenorganizarlastareaspor prioridades.
Esta conducta inatenta e
inconstante puede mejorar con la ayuda de los padres, haciendo que el hogar
esté lo más estructurado posible.
Para ello se pueden poner en
práctica una serie de pautas que ayudarán a que su hijo se organice mejor.
Utilice listas y horarios
Siéntese con su hijo y prepare
una lista de actividades que su hijo debe realizar ordenadas por horas. Pegue
la lista en lugares visibles y asegúrese de que el niño vaya marcando cada
tarea.
Rutinas
Procure mantener un horario
estable, ya que los niños con TDAH funcionan mejor si tienen un programay un
horario a seguir. Esto incluye los fines de semana; planee las actividades con
anticipación para quesu hijo se mantenga entretenido.
Use alarmas
LosniñosconTDAHamenudonosaben administrar el tiempo que tienen para hacer las cosas. Eneste
punto, las alarmas pueden ser de gran ayuda; coloque varias radios a lo largo
de toda la casa,programándolas paraqueseenciendanaunahora determinada.
Facilítele los cambios y las transiciones.
Losestudiantescondificultadesensus
habilidades sociales suelen tener problemas para cambiar deuna actividad a
otra, como por ejemplo, pasar de mirar la televisión a hacer la tarea de
lengua. Ustedpuede ayudarle a que el cambio sea más suave, dándole al niño una
señal algunos minutos antes de que laactividadtermine.Estoledarála oportunidad de irse haciendo a la idea de
que pronto llegará la horade realizar otra tarea.
Motivando su aprendizaje
Concéntrese en el esfuerzo, no en
las calificaciones
Premie a su hijo cuando termine
la tarea y concédalepremiosadicionalescuando obtenga buenascalificaciones. Asegúrese de que su hijo sepa lo
que se espera de él y alabe sus esfuerzos y logros.
Cree en su hijo un hábito de estudio
Establezca un plan diario de
estudio, con un lugar y un horario determinado. El horario debe ser siempre el
mismo y el lugar, un sitio tranquilo, alejado de ruidos que le distraigan.
Sielniñonotienetareas,hagaque permanezca en ese sitio leyendo un libro
o realizando alguna otra actividad tranquila. No le mande a jugar fuera o a ver
la TV, ya que esto podría desequilibrar la rutina establecida.
Elcontenidodelplandeestudiosdeberá contener un listado
de las actividades que el niño realiza diariamente.
A la hora de llevarlo a
cabo, tenga en cuenta los siguientes puntos:
• Calcule el tiempo que su hijo
necesita para realizarlas, de manera que se establezca un horario personalizado
y realista.
• Dedique el comienzo del horario
a las tareas difíciles.
•Modifiqueelhorarioenfuncióndelas
necesidades del niño. Si usted ve que a su hijonolellevademasiadotiempouna actividad, reduzca el tiempo necesario
para hacerla y cédalo a una actividad que le cueste más.
•Procurequelashorasdeestudiosean siempre las mismas y en el mismo lugar.
Hasta que el niño no termine sus
deberes, no podrá dedicarse a otra tarea.
Fomente sus habilidades sociales
Observe a su hijo mientras juega
con otros niños
Esto le ayudará a entender qué es
lo que hace bien y cuáles son sus fallos a la hora de relacionarse socialmente.
Diseñe un sistema de señales para
usar con su hijo en distintas situaciones sociales
Sielniñoseponeamoverlospies nerviosamente durante una reunión familiar, acuerde con él unaseñal (tocarse la oreja) de manera que el niño entienda que debe dejar de hacerlo.
Así, le ayudará amejorar su desempeño social sin causarle vergüenza.
Trabaje en un comportamiento o
habilidad social a la vez
Enfoque la atención y el esfuerzo
de su hijo en una sola habilidad por un período de tiempo. Deestaforma,todoleresultarámenos confuso y
obtendrá una mejor respuesta a su intervención.
Involucre a su hijo en
actividades de grupo, siempre considerando sus intereses y habilidades
Si teme que pueda ser rechazado
por su reputación negativa, involúcrelo en actividades en otro barrio.Así él
podrá comenzar de cero.
Practicar algún deporte o
aprender a tocar un instrumento musical ayuda a controlar la impulsividad.