viernes, 24 de febrero de 2017

Inteligencia emocional: Cuando el listo es tonto

¿Cómo puede una persona con un nivel de inteligencia tan elevado llegar a cometer un acto tan estúpido? 
La respuesta necesariamente radica en que la inteligencia académica tiene poco que ver con la vida emocional. Hasta las personas más descollantes y con un CI más elevado pueden ser pésimos timoneles de su vida y llegar a zozobrar en los escollos de las pasiones desenfrenadas y los impulsos ingobernables.

Esto se debe a la  inteligencia emocional, características como la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y, por último —pero no. por ello, menos importante—, la capacidad de empatizar y confiar en los demás. A diferencia de lo que ocurre con el Cl.

Un estudiante había obtenido una buena puntuación en el tests de rendimiento académico para ingresar a la universidad. Pero, a  pesar de sus extraordinarias facultades intelectuales,  tardó casi diez años en graduarse porque pasaba la mayor parte del tiempo tumbado, se acostaba tarde, dormía hasta el mediodía y apenas si asistía a las clases, la diferencia existente radica en las habilidades adquiridas en la infancia (como la capacidad de afrontar las frustraciones, controlar las emociones o saber llevarse bien con los demás).

Saber que una persona ha logrado graduarse con unas notas excelentes equivale a saber que es sumamente buena o bueno en las pruebas de evaluación académicas, pero no nos dice absolutamente nada en cuanto al modo en que reaccionará ante las vicisitudes que le presente la vidas.


Y éste es precisamente el problema, porque la inteligencia académica no ofrece la menor preparación para la multitud de dificultades —o de oportunidades— a la que deberemos enfrentamos a lo largo de nuestra vida. No obstante, aunque un elevado CI no constituya la menor garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad, nuestras escuelas y nuestra cultura, en general, siguen insistiendo en el desarrollo de las habilidades académicas en detrimento de la inteligencia emocional, de ese conjunto de rasgos —que algunos llaman carácter— que tan decisivo resulta para nuestro destino personal.

Al igual que ocurre con la lectura o con las matemáticas, por ejemplo, la Vida emocional constituye un ámbito —que incluye un determinado conjunto de habilidades— que puede dominarse con mayor o menor
pericia. Y el grado de dominio que alcance una persona sobre estas habilidades resulta decisivo para determinar el motivo por el cual ciertos individuos prosperan en la vida mientras que otros, con un nivel intelectual similar, acaban en un callejón sin salida. La competencia emocional constituye, en suma, una meta-habilidad que determina el grado de destreza que alcanzaremos en el dominio de todas nuestras otras
facultades (entre las cuales se incluye el intelecto puro).

Hay un chiste infantil a este respecto que dice que no deberíamos extrañamos si dentro de unos años tenemos que trabajar para quien hoy en día consideramos «tonto». En cualquiera de los casos, en la tercera parte veremos que hasta los «tontos» pueden beneficiarse de la inteligencia emocional para alcanzar una posición laboral privilegiada. 

Existe una clara evidencia de que las personas emocionalmente desarrolladas, es decir, las personas que gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y asimismo saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las reglas tácitas que gobiernan el éxito en el seno de una organización. 

Las personas que han desarrollado adecuadamente las habilidades emocionales suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad. Quienes, por el contrario, no pueden controlar su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de trabajo y les impiden pensar con la suficiente claridad.

La neurociencia nos enseña que el cerebro del niño experimenta un enorme crecimiento y no se detiene hasta la mitad de la veintena. Los científicos lo denominan neuroplasticidad y significa que el modelado de los circuitos cerebrales durante este periodo de crecimiento depende, en gran medida, de las experiencias diarias del niño. En esta etapa, estas influencias ambientales sobre el crecimiento del cerebro son particularmente poderosas para configurar sus circuitos neuronales sociales y emocionales. Por ejemplo, los niños que han sido bien educados y cuyos padres les ayudan a tranquilizarse cuando están nerviosos parecen desarrollar mayor fortaleza en los circuitos cerebrales para dominar la angustia; si su padres no les atienden es más probable que actúen siguiendo impulsos agresivos o que tengan problemas para tranquilizarse cuando estén alterados.

El niño puede interiorizar esta base segura si se le enseña a dominar mejor su ansiedad para que pueda concentrar mejor su atención. Esto también potencia su capacidad para lograr un entorno óptimo para el aprendizaje.

Crear un rincón de paz
Un rincón de paz o de tranquilidad es un lugar especial que se reserva para los miembros de la familia. Pueden visitarlo cuando necesiten tranquilidad y serenidad para restablecer el equilibrio interior y la sensación de flujo, y también cuando se sientan agobiados, estresados, enfadados o no puedan gestionar las emociones, es decir, en los momentos en que estar solo puede ayudar. Haga que la familia participe en el diseño de este espacio. Se puede incluir una fotografía del lugar tranquilo favorito del niño, elementos de la naturaleza, fotografías relajantes, música instrumental tranquila, diarios para escribir, libros para colorear, etcétera. El espacio debe ser lo suficientemente grande para que el niño pueda tumbarse, con cojines cómodos y un reproductor de CD con música relajante o grabaciones de sonidos de la naturaleza.
Si tiene niños pequeños, en lugar de un momento de descanso para usted ofrézcales un momento de descanso para ellos, un momento para tranquilizarse en este rincón.

Enseñar la actividad de «autorrelajación»
 
Se puede utilizar cuando el niño está disgustado y necesita autocontrol. Enseñe a su hijo estos sencillos cuatro pasos (y pruébelos usted mismo).


Como recordatorio podría pegarlos en la pared del rincón de paz o de otras partes de la casa:
1. Repita mentalmente: «Para y mira alrededor».
2. Repita mentalmente: «Relájate».
3. Inspire profundamente por la nariz mientras cuenta hasta cinco, retenga la respiración mientras cuenta hasta dos, y después espire por la boca mientras cuenta hasta cinco.
4. Repita estos pasos hasta que se relaje.







miércoles, 8 de febrero de 2017

Los buenos padres son como los buenos profesores

Los niños que han sido bien educados y cuyos padres les ayudan a tranquilizarse cuando están nerviosos parecen desarrollar mayor fortaleza en los circuitos cerebrales para dominar la angustia; si sus padres no les atienden es más probable que actúen siguiendo impulsos agresivos o que tengan problemas para tranquilizarse cuando estén alterados. 

Los buenos padres son como los buenos profesores; al ofrecer una base segura, los adultos responsables de los niños pueden crear un entorno que permita funcionar a sus cerebros al máximo rendimiento. Esta base se convierte en un refugio seguro, un ámbito de fortaleza desde el cual aventurarse a explorar, para aprender algo nuevo y para alcanzar metas. El niño puede interiorizar esta base segura si se le enseña a dominar mejor su ansiedad para que pueda concentrar mejor su atención. Esto también potencia su capacidad para lograr un entorno óptimo para el aprendizaje.

¿Influye el aprendizaje social y emocional en la vida de los niños? Ahora tenemos la respuesta: un metanálisis definitivo de más de cien estudios ha comparado a estudiantes que han recibido aprendizaje social y emocional con otros que no lo recibieron. Los datos demuestran unas mejoras impresionantes en el comportamiento de los estudiantes que sí lo recibieron dentro y fuera del aula. No sólo dominaron habilidades como tranquilizarse y desenvolverse mejor, sino que también aprendían con más eficacia; sus notas mejoraron y, en pruebas de logros académicos, sus calificaciones fueron 14 puntos porcentuales más altas que las de estudiantes similares que no recibieron programas de aprendizaje social y emocional. Ayudar a los niños a dominar sus emociones y sus relaciones les hace ser mejores estudiantes
La corteza prefrontal, el centro ejecutivo del cerebro, es un área del cerebro que la experiencia moldea durante la infancia. Esta área alberga los circuitos para inhibir los impulsos emocionales perjudiciales y para prestar atención, es decir, para relajarse y concentrarse. Cuando los niños no tienen estrategias para disminuir su ansiedad, no disponen de tanta capacidad de atención para aprender, para resolver problemas y para comprender nuevos conceptos.
Por ejemplo, si ante un examen sorpresa un niño es presa del pánico, grabará esta respuesta y no los detalles del examen; la angustia destruye el aprendizaje. En la actualidad los científicos creen que si se mejora la atención y la memoria, y también se despeja la mente de la impulsividad y la angustia, la mente del niño se sitúa en el mejor terreno para el aprendizaje; y esto es lo que hace el aprendizaje social y emocional.

Los niños también llevan hoy una vida más estresada.
Ellos son las víctimas del ritmo frenético y acelerado de los adultos.







 En la actualidad demasiados jóvenes sufren dificultades de adaptación y de salud mental, y la sociedad no invierte los recursos suficientes para proporcionar la ayuda y la atención apropiadas. A menudo confundimos los síntomas del estrés mal dominado en los niños con una conducta inapropiada que se debe corregir. Los profesores y los padres les regañan por actos que, en realidad, son reacciones al estrés y no una mala conducta intencionada. La situación se convierte en una espiral de reacciones de estrés consecutivas, atrapando al adulto y al niño.


Una organización que se centra en el uso del aprendizaje social y emocional como parte esencial de la educación. CASEL propone cinco grupos básicos de habilidades o aptitudes que construyen la inteligencia emocional y que pueden cultivarse sistemáticamente en casa y en la escuela:
O Autoconciencia: identificar los pensamientos, los sentimientos y la fortaleza de cada uno, y notar cómo influyen en las decisiones y las acciones.
O Autoconciencia social: identificar y comprender los pensamientos y los sentimientos de los demás desarrollando la empatia, y ser capaz de adoptar el punto de vista de otros.
O Autogestión: dominar las emociones para que faciliten la tarea que se está realizando y no interfieran en ella; establecer objetivos a corto y largo plazo; y hacer frente a los obstáculos que puedan aparecer.
O Toma de decisiones responsable: generar, ejecutar y evaluar soluciones positivas e informadas a los problemas, y considerar las consecuencias a largo plazo de las acciones para uno mismo y para los demás.
O Habilidades interpersonales: expresar rechazo a las presiones negativas de compañeros y trabajar para resolver  conflictos con el objetivo de mantener unas relaciones sanas y gratificantes con los individuos y el grupo.

Cuando los padres y los hijos practican y emplean estas
habilidades en casa, los efectos son doblemente beneficiosos.
No sólo se facilita a los jóvenes la adquisición de estas habilidades,
sino que las relaciones interfamiliares tienden a mejorar
cuando los miembros se escuchan abiertamente y resuelven
los problemas juntos. Los niños también comprenden que
el aprendizaje es un proceso que se desarrolla durante toda la
vida, no finaliza cuando terminan la escuela. El aprendizaje
social y emocional es como una póliza de seguros para una
vida sana, positiva y satisfactoria.




lunes, 6 de febrero de 2017

"No tengas ansiedad por el mañana "

Usted y yo estamos en este instante en el lugar en que se encuentran dos eternidades: el vasto pasado que ya no volverá y el futuro que avanza hacia la última sílaba del tiempo.
Por tanto, contentémonos con vivir el único tiempo que nos está permitido vivir: desde ahora hasta la hora de acostarnos. "Todo el mundo puede soportar su carga, por pesada que sea, hasta la noche. Todo el mundo puede realizar su trabajo, por duro que sea, durante un día. Todos pueden vivir suavemente, pacientemente, de modo amable y puro,  hasta que el sol se ponga. Y esto es todo lo que la vida realmente significa."


FORMULA MÁGICA PARA RESOLVER SITUACIONES DE PREOCUPACIÓN
"Paso I. Analicé la situación valientemente y con honradez y me imaginé lo peor que pudiera sucederme como consecuencia de este fracaso.
"Paso II. Después de imaginarme lo peor que pudiera sucederme, me hice a ello y lo acepté, si resultara necesario.
"Paso III. Desde entonces, dediqué con calma mi tiempo y mi energía a tratar de mejorar lo peor que ya tenía mentalmente aceptado.
Una de las peores características de la preocupación es que destruye nuestra capacidad de concentración. Cuando nos preocupamos, nuestros espíritus andan de aquí para allí, sin pararse en ninguna parte, en forma que perdemos toda facultad de decisiones. En cambio, cuando nos obligamos a encarar lo peor y a aceptarlo mentalmente, eliminamos todas esas imaginaciones y nos colocamos en. condiciones de concentrarnos en nuestro problema.
 SALUTACIÓN AL ALBA
¡Mira a este día!
Porque es la vida, la mismísima vida de la vida. En su
'breve curso están todas las verdades y realidades de tu
existencia:
La bendición del desarrollo,
la gloria de la acción,
 el esplendor de las realizaciones... Porque el ayer
es sólo un sueño y el mañana sólo una visión, pero el
hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño
de felicidad
y de cada mañana una visión de esperanza.
¡Mira bien, pues, a este día! Tal es la
salutación del alba.


miércoles, 1 de febrero de 2017

Disciplina positiva

Muy pocos padres tienen problemas en aprender los principios de la atención positiva, pero la disciplina positiva es otra historia. Cuando hablo de disciplina positiva me refiero simplemente al hecho de que usted necesita contar con formas bien pensadas, previsibles y apropiadas según la edad de responder a la mala conducta de sus hijos.

¿Qué haría en la situación siguiente?
Las vendedoras de la pequeña joyería quedaron de una pieza, como la mayoría de
los clientes. En el medio de la tienda, durante el día mas concurrido de las
vacaciones, un niño de cinco años tenía un berrinche completo, sacudiendo los
brazos y pateando, gritando con toda la capacidad de los pulmones, peligrosamente
cerca de una vitrina con joyas finas. Su madre, aparentemente tan despreocupada
por lo que la rodeaba como su hijo, se sentó junto a él con las piernas cruzadas en
posición de loto y comenzó una conversación.
-Vamos a Benji, debes hablarme sobre lo que ocurre en lugar de llorar. No puedo
comprender cuál es el problema si lloras. Sé que estás enfadado, pero debes
decirme qué te molesta si quieres que haga algo al respecto.
-Yo te diré lo que me molesta – musitó la propietaria de la joyería, preguntándose si
tendría el coraje o la fuerza de echar tanto a la madre como al hijo de la tienda. En
lugar de ello, se limitó a observar y esperar, preguntándose qué pensaría la madre
con respecto al efecto que este incidente le estaba produciendo a su hijo.
La madre de la joyería tenía la creencia errónea de que siempre hay que razonar con los niños y ofrecerles opciones, aun cuando se comporten mal mas allá de los límites sociales aceptados “Todos los jóvenes necesitan disciplina en un sentido positivo y restringido. Si los niños pretenden aprender capacidades productivas, necesitan desarrollar la disciplina a fin de aprovechar al máximo sus talentos innatos. También deben encontrar una disciplina firme y coherente cada vez que ponen a prueba los límites de las normas sociales (como lo hacen todos los niños de vez en cuando)”. En realidad, es imposible desarrollar un estilo de padre que apunte a mejorar el CE de sus hijos sin mostrar también una forma coherente y efectiva de disciplinarlos. Pero tal como se lo dirán los docentes y asesores psicopedagógicos, se trata de un área en la que muchos padres experimentan grandes dificultades.
Aunque existen cientos de libros sobre la manera de disciplinar mejor a sus hijos, la disciplina efectiva se reduce realmente a unos pocos principios y estrategias:
1. Establezca reglas y límites claros y aténgase a ellos. Si puede, escríbalos y fíjelos sobre la pared.
2. Déle a su hijo advertencias y señales cuando comienza a comportarse mal. Es la mejor manera de enseñarle el autocontrol.
3. Defina el comportamiento positivo reforzando la buena conducta con elogios y afecto e ignorando la conducta que sólo apunta a llamar la atención.
4. Eduque a su hijo conforme a sus expectativas. En general, los padres no emplean el tiempo suficiente para hablar con sus hijos acerca de los valores y las normas, y por qué estos son importantes.
5. Prevenga los problemas antes de que se produzcan. Según la psicología de la conducta, la mayoría de los problemas se producen como resultado de un estímulo o una señal específica. La comprensión y eliminación de dichas señales lo ayudarán a evitar situaciones que dan lugar a una mala conducta.
6. Cuando se viola una norma o un límite claramente establecido, en forma intencional o de otro modo, aplique de inmediato un castigo adecuado. Sea coherente y haga exactamente lo que dijo que haría.
7. Cuando un castigo es necesario, asegúrese de que guarde relación con la infracción a la regla o la mala conducta (que el castigo se ajuste al delito).
8. Siéntase cómodo con un conjunto de técnicas disciplinarias. Las que se recomiendan con mayor frecuencia incluyen:

A. Las reprimendas: es lo primero que deben hacer los padres, y se utiliza con suficiente frecuencia.
B. Las consecuencias naturales: esta estrategia se refiere a dejar que sus hijos experimenten las consecuencias lógicas de su mala conducta a fin de que perciban por qué una norma en particular es importante. Por ejemplo, a un niño que pierde el tiempo cuando su madre está tratando de apurarlo para que tome el ómnibus escolar, se lo podría hacer caminar hasta la escuela y hacer que le explique el director la razón por la que llega tarde. (Sin embargo, las consecuencias naturales pueden a veces ser poco realistas o incluso peligrosas, como cuando usted quiere enseñarle a su pequeño que no debe correr en la calle, o por qué no debe jugar con fuego.)
C. El rincón: tal vez la técnica disciplinaria mas comúnmente indicada. La medida del rincón consiste en ubicar a su hijo en un rincón neutro y poco estimulante durante un período breve (un minuto por cada año de la edad del niño). Esto también puede resultar efectivo cuando los niños se conducenmal en lugares públicos.
D. Quitar un privilegio: cuando los niños son demasiado grandes para ir al rincón, los padres suelen eliminar un privilegio. La televisión, el tiempo para jugar con el videojuego y el tiempo para utilizar el teléfono parecen funcionar bien. Evite quitar un privilegio que eliminaría al mismo tiempo una experiencia importante para el desarrollo de su hijo. Por ejemplo, sería mejor establecer para un adolescente una hora de regreso al hogar mas temprana durante un mes que impedirle hacer un viaje escolar de una sola noche.
E. La sobrecorrección: esta técnica se recomienda a menudo para conseguir un cambio rápido en la conducta. Cuando su hijo se conduce mal, debe repetir la conducta correcta por lo menos diez veces o durante veinte minutos. Por ejemplo, si su hijo regresó a casa de la escuela, arrojó su chaqueta y sus libros al piso, e ignoró su saludo, usted le pediría que vuelva a salir y a entrar a la casa diez veces en forma adecuada, con un saludo cordial, guardando sus libros y colgando su chaqueta.
F. Un sistema de puntaje: para problemas crónicos, la mayoría de los psicólogos recomiendan un sistema en el que los niños ganan puntos por conductas positivas claramente definidas. Dichos puntos pueden aprovecharse para recompensas inmediatas o a largo plazo. Las malas conductas dan como resultados la resta de puntos.

POR QUÉ DEBEN ENSEÑARSE LAS CAPACIDADES EMOCIONALES A LOS NIÑOS

 El miedo nos ayuda a protegernos del daño y nos indica que debemos evitar el peligro. La ira nos ayuda a superar barreras para obtener lo que necesitamos. Encontramos alegría y felicidad en la compañía de otros. Al buscar el contacto humano encontramos protección dentro de un grupo así como la oportunidad de encontrar una pareja y asegurar la supervivencia de la especie. La tristeza respecto de la pérdida de una persona importante envía señales para que dicha persona regrese, o una actitud de desamparo puede ayudar a atraer una nueva persona que puede actuar como sustituto de la persona que se ha ido.
El psiquiatra Michael Norden, residente en Seattle, presenta una argumentación vehemente para que reconozcamos de qué manera los tiempos modernos han perjudicado nuestras emociones y en cierta medida han bloqueado su intento evolutivo. Escribe lo siguiente:
"La mayoría de nosotros ya no vive en aldeas de unos pocos cientos de habitantes o menos, tal como lo hacían los hombres de la Edad de Piedra, sino más bien en ciudades atestadas que forman una aldea global de casi seis mil millones de personas. Estas tensiones acumulativas de la vida moderna han
desatado una avalancha de depresión, angustia e insomnio. Otros problemas resultan menos obvios, como por ejemplo el sobrepeso y el cáncer. La mayoría (de nosotros) se automedica (para controlar nuestras emociones) usando cualquier cosa entre la cafeína y la cocaína; prácticamente nadie permanece
ajeno a esta situación."
Si una vida agitada y apresurada ha vuelto a sus niños propensos a la irritabilidad y la ira, usted puede enseñarles a reconocer y controlar estos sentimientos. Si el temor al delito o a las mudanzas frecuentes ha alejado a sus hijos de los beneficios de vivir en una comunidad abierta y cohesiva, puede enseñarles las capacidades sociales para hacer y conservar amistades íntimas. Si su hijo se siente perturbado por un divorcio o un nuevo matrimonio, angustiado cuando enfrenta nuevas situaciones, o displicente respecto de sus tareas escolares, puede enseñarle capacidades específicas del CE para ayudarlo a enfrentar y superar estos problemas normales del crecimiento.



Muchos profesionales en ciencias sociales creen que los problemas de los niños de hoy pueden explicarse por los cambios complejos que se han producido en las pautas sociales en los últimos cuarenta años, incluyendo el aumento del porcentaje de divorcios, la influencia penetrante y negativa de la televisión y los medios de comunicación, la falta de respeto hacia las escuelas como fuente de autoridad, y el tiempo cada vez mas reducido que los padres le dedican a sus hijos.









Conciencia

Estructura de la conciencia

Proceso de toma de conciencia


Para estudiar este proceso podemos (siguiendo a A. N. Leontiev) analizar el proceso de asimilación consciente en el aprendizaje. Cualquier contenido que se le presente al sujeto puede quedar en relación con la conciencia como:

1.     Consciente.

2.    Ser controlado por la conciencia.

En el primer caso un contenido se hace consciente, aparece directamente presentado a la conciencia de l@s sujet@s, cuando ocupa el lugar de objetivo de la acción interna o externa de l@s sujet@s. El hecho de que un contenido sea consciente no depende de las características de este contenido como estímulo (intensidad, novedad, etc.) ni de los intereses de l@s sujet@s, sino que está determinado porque es el objeto hacia el cual está directamente orientada la acción es el objetivo consciente de la acción. Por ejemplo, un alumno está leyendo.

¿De qué toma conciencia en ese momento? Ante todo depende de lo que le impulse a leer. Supongamos que por un motivo u otro su objetivo, sea comprender el contenido de lo que está leyendo: el objeto de su conciencia entonces serán las ideas expuestas en dicho material. Pero si el objetivo es buscar un tipo de palabra (digamos, llanas con acento), el objeto de su conciencia será solo la acentuación de las palabras y no las ideas expresadas.

Esto se demuestra entre otras cosas, por el conocido hecho de que para mantener un contenido en calidad de objeto de la conciencia es necesario actuar con respecto a él.

En el proceso de aprendizaje esto se expresa en que no todo lo que el/la sujet@ asimila es consciente para él/ella. Por otra parte, no basta con llamar la atención de el/la estudiante hacia
algo, sino que es necesario que ese algo sea el objetivo de la acción de l@s sujet@s, tanto externa como interna. Por eso la enseñanza tiene que estar dirigida a organizar la actividad de forma que se tome conciencia de lo que queremos enseñar.

Además ser importante discriminar de qué el/la sujet@ tiene conciencia, debe distinguirse también qué contenidos son los que pueden ser controlados por la conciencia. Esto podemos analizarlo si retomamos el ejemplo anterior: cuando el/la estudiante lee un material, si bien el aspecto de acentuación para ser hecho consciente tiene que ser objetivo de la acción, puede ser controlado por la conciencia aun cuando se trate de comprender las ideas que contiene el material, pues puede detectarse un error; por ejemplo, la palabra silla con un acento.

¿Qué contenido entonces puede actuar en forma de contenido conscientemente controlado? El referido a operaciones conscientes y por tanto por las condiciones a las que estas responden. Recordemos que las operaciones son las formas de realización de la acción y no responden a los motivos de la actividad ni al objetivo de la acción, sino a las condiciones en que se realiza la acción. Generalmente las operaciones son elaboradas socialmente y para que cada sujet@ las realice y las domine tiene que mediar un proceso de enseñanza-aprendizaje.

Son contenidos controlados por la conciencia aquellos que fueron objetivos de acciones en un momento determinado y por su realización reiterada o por subordinación a otras acciones más amplias se convierten en operaciones de una acción más amplia.

Por ejemplo, un/a alumn@ que al escribir deja las letras “a” y “o” sin cerrar (lo que hace en cierta medida ilegible su letra). Esto se lo podemos señalar al alumno y este comprender por qué no debe hacerlo. Pero cuando está escribiendo, sin darse cuenta, comete el mismo error. Solamente si realiza una acción cuyo objetivo sea precisamente cerrar las letras podrá llegar a corregir el error al escribir. Una vez dominada la escritura correcta podrá llegar a corregir el error al escribir. Una vez dominada la escritura correcta, se convierte en una operación que ya no es consciente sino solo controlada por la conciencia.

El proceso de control por la conciencia es muy importante. La gran cantidad de habilidades y conocimientos que el/la niñ@ obtiene en la escuela, deber ser herramientas para abordar actividades y acciones cada vez más complejas; pero no deben permanecer siempre en el plano actual de la conciencia, pues la recargaría innecesariamente.

Por último, ¿qué es lo que condiciona, desde el punto de vista psicológico una plena asimilación consciente en el aprendizaje? Para responder a esta pregunta partamos de un ejemplo. Un/a estudiante estudia matemática.

Lo que le impulsa puede ser muy variado: puede ser porque si no estudia no lo dejan salir; o porque quiere sacar el máximo en esa materia para quedar bien con el/la profesor/a; tal vez quiere sobresalir en el grupo; puede ser que la matemática esté muy vinculada con lo que piensa estudiar en el futuro. Los resultados del estudio serán diferentes en cada caso por el grado de

toma de conciencia, por la importancia que tengan para el ser humano los conocimientos asimilados y por el lugar que ocupen dentro de la vida de su personalidad.

De esto se desprende el papel que desempeñan los motivos en el aprendizaje consciente. No basta con el/la estudiante asimile la significación del objeto dado (tanto si lo hace práctica o teóricamente); es necesario además, que él/ella logre una relación adecuada con lo estudiado. Esto nos lleva a la educación de los motivos de los sentidos, si no, esta asimilación es solo formal y temporal. Por ejemplo, el/la estudiante para aprobar un examen se aprende e incluso aplica una determinada ley teorema, etc. Sin embargo, como el motivo que dirige su actividad, que está “detrás” de sus acciones, no es puramente cognoscitivo (pasar de año, etc.) al cabo de un corto tiempo el/la sujet@ ni puede aplicar, ni recuerda prácticamente dicho contenido.

Leontiev señalaba: “[...] lo decisivo es el lugar que en la vida del individuo ocupe el conocimiento, si constituye para él/ella, una parte de su vida real o solamente una condición externa, impuesta desde afuera.”

Todo esto conduce a la necesidad de que en el proceso de educación y de enseñanza se creen las condiciones para el adecuado desarrollo de la esfera cognoscitiva de la personalidad en indisoluble unidad con su esfera afectiva.

Bienvenidos a mi nuevo Blog

Presentaré informacion sobre Piscología.
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